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Asesoría y corrección
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Francisco
Fernández García
Área
de Lingüística General -
Departamento
de Filología Española
Asesoría
lingüística y corrección
En el marco de la
actividad del
grupo
ALTYA (Análisis Lingüístico: Teoría y
Aplicaciones, HUM-834), y a través de la
OTRI (Oficina de
Transferencia de Resultados de Investigación) de la Universidad
de Jaén, se ofrecen servicios especializados de:
Información y presupuestos en fcofer@ujaen.es
Asesoría lingüística
El ser humano es
comunicación y la comunicación es lenguaje. Toda empresa, todo
profesional, toda persona mantiene constantes relaciones
mediante el lenguaje y presenta ante los demás, a través del uso
de la palabra, una determinada imagen. El objetivo de la
asesoría lingüística integral es hacer que las palabras, lejos
de constituir un obstáculo, puedan llegar a ser una poderosa
herramienta de proyección profesional y personal.
El servicio de
asesoría se concreta en distintos aspectos, como son la
corrección (ortotipográfica y de estilo; véase más abajo), la
redacción (escritos profesionales, como cartas, informes,
discursos, etc.; y escritos personales para homenajes,
encuentros familiares, ocasiones especiales, etc.), la formación
(cursos de expresión oral y escrita, y cursos de eficacia
comunicativa) y la consultoría lingüística general (para
cualquier otro tipo de necesidad relacionada con el lenguaje).
Corrección
La pulcritud y el
acabado formal de un texto son esenciales con vistas al efecto que,
más allá de las virtudes de su contenido, este llegue a causar
en quienes lo leen. Se trata, en definitiva, de su corrección,
que constituye un factor clave para que dicho texto
llegue a alcanzar de manera óptima los objetivos comunicativos
que persigue.
El servicio de corrección
ofrecido se concreta en tres
modalidades específicas:
a)
corrección ortotipográfica básica,
b)
corrección ortotipográfica completa y
c)
corrección
de estilo.
Corrección ortotipográfica
La corrección
ortotipográfica se propone el triple fin de limpiar,
normalizar y unificar el texto:
-
limpiar:
suprimir erratas, errores de teclado y todo aquello que
ensucie el texto o estorbe para su lectura;
-
normalizar:
suprimir errores atendiendo a normas tipográficas, ortográficas
y
gramaticales (salvo indicaciones expresas, se
aplican las normas de la RAE);
-
unificar: dar
unidad y coherencia formal a los numerosos aspectos del
texto que escapan a los patrones normativos.
Las principales
diferencias entre las dos modalidades de corrección
ortotipográfica ofertadas son:
Corrección ortotipográfica básica |
Corrección ortotipográfica completa |
Pensada
para textos muy bien acabados, que solo requieren una
revisión final. |
Pensada
para textos potencialmente más problemáticos o
documentos que requieran una óptima pulcritud global. |
Se centra
en el aspecto de limpieza, e incluye (pero solo
parcialmente) el de normalización. |
Incluye una
normalización exhaustiva, además de añadir la
vertiente de unificación. |
Comprende,
entre otros,
aspectos como los siguientes:
Supresión de
erratas (caracteres equivocados, que faltan o sobran,
etc.) y de
errores de teclado (espacios que faltan o sobran, saltos
de línea involuntarios, etc.).
Corrección de
errores en los planos ortográfico y de acentuación.
Normalización,
conforme al criterio preferente de la RAE, de la
acentuación en palabras que admiten distintas opciones
(como el adverbio solo, los demostrativos o
numerosos elementos léxicos).
Normalización de
la presencia o
ausencia de signos de puntuación en contextos
específicos (como su presencia en abreviaturas o su
ausencia en símbolos y títulos de epígrafes, por ejemplo; o la
posible concurrencia de más de uno).
Uso normativo de
las mayúsculas y las minúsculas, tanto en función de la posición de la
palabra en el texto como de la propia naturaleza de la
palabra.
Normalización en
el uso de abreviaturas, siglas, acrónimos y símbolos.
Uso de cursiva en
contextos obligatorios normativamente (como los
extranjerismos crudos o los títulos de libros).
Corrección de
errores en la partición de palabras a final de línea. |
Añade,
entre otros,
aspectos como los siguientes:
Corrección de
signos de puntuación de carácter normativo en la
redacción (por ejemplo, asegurando la ausencia de coma entre sujeto y
predicado, o su presencia en la delimitación de vocativos
o incisos).
Adecuación
normativa en el uso de las comillas y su concurrencia
con otros signos de puntuación, así como coherencia
tipográfica en su uso.
Unificación en el
uso de corchetes, paréntesis, rayas y otros signos
ortográficos, así como en el de cursivas, negritas y
versalitas.
Formulación
sistemática de las expresiones numéricas en números
árabes, en números romanos o en letra conforme a los
criterios de la RAE.
Corrección de
errores gramaticales a nivel local, como fallos de
concordancias, usos incorrectos de preposiciones,
leísmos, dequeísmos, gerundios de posterioridad, etc.
Unificaciones de
maqueta, como correspondencia entre títulos de epígrafes
e índice, justificación de párrafos, uso consistente de
sangrías y de tipos y cuerpos de letra, ubicación de las
llamadas a notas, etc.
Revisión de otros
aspectos de maqueta, como control de líneas viudas y
huérfanas, eliminación de calles y blancos, y de
repeticiones a comienzo o final de línea, así como
revisión de los
pies de fotos, gráficos, tablas, etc. |
Corrección
de estilo
La corrección de
estilo es, por su propia naturaleza, previa a la corrección
ortotipográfica e independiente de ella. Esto es así en la medida en que implica un
mayor nivel de intervención en el texto, necesariamente anterior
al acabado ortotipográfico. En ella se revisa el texto
en lo tocante a su expresión y coherencia, con atención a factores
de índole gramatical, léxica y semántica. El objetivo esencial
es
adecuar dichos componentes al propósito del texto y a su
receptor.
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