Adarve..., n.º 1 (2006) Pág. 43
Raúl LÓPEZ REDONDO
cáscara Es una historia que comienza en la mesa de una cafetería, arroja la mitad fuera del poema, y que termina, 20 horas después, en una sala de espera; luego lo divide por dos y con un cuchillo lo trocea El coche que conducía, un Fiat Bravo GT, saltó la mediana en el kilómetro 80 de la N-323, dirección Granada; sólo queda latiendo un cuerpo, el estertor de una agonía cuyo dolor anónimo nos hace removernos inquietos: Lesiones cerebrales, pérdida sanguínea, aún respiraba cuando llegó la ambulancia. El hospital certificó su muerte a las 04.45. Por fin, obtiene un poema tan esencializado, tan desnudo y minimalista conforme le exige su poética. Riesgos: en la labor de poda, en su despojamiento humano (Ruiz Villagordo, 2004: 117), llega a arrancar al verso cualquier hojarasca y nenúfar, cualquier adjetivación superflua o sentimentalidad manida, despojarle incluso de su propia alma rítmica, quedando reducido a un micro-relato en prosa. Logros: la música es otra; se lleva a cabo un intento verdaderamente nuevo, aunque sus beneficios se vislumbren mejor en otros poemas. Un aire que nos recuerda Vidas cruzadas de Robert Altman o cualquier pequeña secuencia de su filmografía, donde el azar y los continuos encuentros y desencuentros entre los mortales, tejen una peculiarísima sinfonía. Requiem aeternam.
LAS COSAS QUE LLEVABAN 11-M
Inventario, como si una docena de objetos pudieran resumir una vida. No se trata de un homenaje póstumo, una desaprobación moral de lo ocurrido, un planto desgarrador, ubi sunt, no: ellos están aquí, en sus objetos, en Las cosas que llevaban. Permanecen en estos pedazos de esencia muerta, esos trozos de vida objetiva: su indumentaria, un bolso gris comprado en las rebajas de Zara; su economía, doce euros y siete céntimos; su reciente pasado, sueños, paraíso, viaje de novios, dos rostros sonriendo tumbados en Punta Cana; su identidad, compromiso, estado civil, Anillo de oro blanco, Javier y Paula, 2-7-03. Ya tienen nombre, ya tienen fecha, tienen tiempo. Recién casados en julio de 2003. Futuro: una vida por delante. Y sus planes en los planos de un piso. Dos dormitorios, cocina, cuarto de baño. Siguen siendo datos fríos de los que estamos haciendo una de las lecturas posibles, no la única. El puro dato, la vida cotidiana, Tarteras, los almuerzos por el suelo, piezas de fruta. Implica comer fuera de casa por una jornada laboral partida, de mañana y tarde, pasajeros de tren que llevan su comida a cuestas, economía humilde (Zara,
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