1.1. Introducción
1.2. Concepto de empresa
1.3. Elementos de la empresa
1.4. Evolución histórica del concepto de empresa
1.5. La función de la empresa como agente económico
1.6. La empresa como sistema: los subsistemas
Anexo. Las funciones
empresariales
1.1. Introducción
Comenzaremos esta asignatura con un primer tema dedicado
a la realidad objeto de nuestro estudio: la empresa.
En él vamos a abordar qué se entiende en la actualidad
por empresa, interesándonos por la evolución que ha sufrido el concepto a lo
largo del tiempo. Nos interesará destacar especialmente cuál es la función que
ésta desarrolla como agente económico.
La empresa es un concepto que cualquier ciudadano de un
país con economía de mercado, hoy en día,
comprende, en un sentido muy amplio, tanto su significado como su
función dentro del sistema económico.
Pero es posible que si se le exigen ciertas precisiones surjan algunos
problemas de definición, cierta confusión con otros conceptos o instituciones económicas. Así, si dar una definición
rigurosa y completa de cualquier concepto resulta muy difícil, más aún cuando
el objeto a definir es una realidad tan compleja como lo es la empresa, donde
se combinan problemas de diversa índole (económicos, tecnológicos, sociales,
psicológicos, humanos... ), y que, además, constituye una realidad dinámica,
viva, sometida a permanentes cambios, que se rige por leyes generales, en
ocasiones, o muy concretas y específicas, en otras.
La diversidad de aspectos (técnico-productivos,
socio-jurídicos, económico-financieros) que definen la realidad empresarial
hacen que ésta sea estudiada por diferentes disciplinas sociales (derecho,
economía, sociología, psicología...) y técnicas. Esta concepción se ha materializado
en un enfoque interdisciplinar del estudio de la empresa, propio de la
denominada Teoría General de Sistemas, que abordaremos en el último epígrafe de
este tema.
1.2.
Concepto de empresa
Es evidente que en nuestra disciplina nos interesa estudiar
la perspectiva económica de la
empresa. Si la Economía es la ciencia que estudia la asignación eficiente de los
recursos escasos, es obvio que en el concepto de empresa primero subyace claramente
este problema, considerándose como un agente que organiza con eficiencia los factores económicos para
producir bienes y servicios para el mercado
con el ánimo de alcanzar ciertos objetivos. (Entendemos por eficiencia, la capacidad o cualidad de un agente
económico para lograr el cumplimiento de un objetivo, minimizando en lo posible
el empleo de recursos).
En una segunda observación
dentro de este campo, nos interesa el aspecto
interno o administrativo, como conjunto de elementos humanos, técnicos,
financieros y de marketing, ordenados según determinada jerarquía o estructura
organizativa y que dirige una función directiva o empresario.
Como señalábamos en la introducción, la empresa puede ser
estudiada por medio de varias dimensiones. Cada una de estas dimensiones puede utilizarse, como de
hecho así ha sido, para ofrecer un concepto determinado de empresa, aunque
muestre sólo uno de los aspectos que caracterizan a la misma.
La dimensión
funcional representa la justificación del papel que la empresa juega en la
economía de mercado. La dimensión técnico-económica
se concentra en el proceso de transformación productiva, explicada por unas
funciones de producción y de coste. La dimensión
económico-financiera acerca la empresa a una concepción característica del
capitalismo financiero, es decir como unidad creadora de valor (de riqueza) y,
en consecuencia, de movimientos de capital (de dinero) a través del mercado en
general y, en particular, de los propios mercados financieros. La dimensión jurídico-mercantil parte de la
consideración de la empresa dotada con personalidad jurídica para contratar
como sociedad mercantil con otros agentes y propietarios de factores
económicos. La dimensión social,
está asociada a las relaciones
existentes entre un grupo de seres humanos.
A cada una de estas dimensiones conceptuales, se les
puede hacer corresponder las siguientes características definitorias de la
empresa como unidad económica:
La empresa es una organización: dotada de una
estructura interna según determinada relación de autoridad o con una
«jerarquía», es decir, con una función directiva o empresarial, por la que pretende la consecución de unos
objetivos, normalmente, la obtención
del excedente o beneficio empresarial.
La empresa es una unidad de producción: combinando un
conjunto de factores económicos, según una acción planeada y que a través de un
proceso de transformación obtiene unos productos o servicios. La empresa es una unidad financiera: dotada
de un capital, según determinada estructura de propiedad, de forma que
desarrollará un conjunto de transacciones financieras que le llevarán a un
crecimiento sostenido y equilibrado. La
empresa es una unidad de decisión o de dirección: con capacidad de
formulación de sus objetivos, y de gestión de los mismos a través del
desarrollo de unas funciones características (directivas) marcando las pautas a
seguir por la organización.
La empresa es un sistema social: conjunto de
personas que mantienen unas relaciones formales e informales, una comunicación,
con sus correspondientes motivaciones y comportamientos individuales y de
grupo, configurando determinada cultura y relaciones de poder.
A la vista de tales características, se podría proponer
el siguiente concepto de empresa (siguiendo al Prof. Bueno Campos):
La Empresa es la unidad económica
que combina los diferentes factores productivos, ordenados según determinada
estructura organizativa, localizados en una o más unidades técnicas y
físico-espaciales y dirigidos sobre la base de cierta relación de propiedad y
control, con el ánimo de alcanzar unos objetivos, entre los que destaca el
beneficio empresarial.
Para finalizar este primer epígrafe,
vamos a distinguir la empresa de otros conceptos afines que con frecuencia, se
confunde, como sociedad mercantil,
explotación y planta o establecimiento industrial.
Conceptos afines al de empresa
En la literatura económica se utilizan diversos vocablos
para hacer referencia a «la empresa».
No obstante, en puridad, éstos no deben tratarse como sinónimos, puesto
que cada uno de ellos hace referencia a una faceta distinta del objeto de
nuestro estudio; así, hay que intentar distinguir la empresa de otros conceptos
como sociedad, explotación, y planta industrial.
El término explotación
se aplica al ámbito técnico, es decir, «al conjunto de procesos tecnológicos
aplicados a un conjunto de factores para alcanzar ciertos resultados» .
El término planta o
establecimiento industrial, hace referencia a la unidad espacial o física:
lugar donde se localiza y desarrolla la actividad económica de un negocio, de
una industria o de una explotación.
El término sociedad
se encuadra en el ámbito jurídico; la agrupación de individuos para la
consecución de un objetivo común a través de una organización empresarial
supone la existencia de un contrato entre ellos que da lugar al nacimiento de
una nueva «persona» (sociedad) de naturaleza jurídica distinta a la de las
personas, físicas o jurídicas, que la integran. El riesgo asumido por aquélla puede limitarse única y
exclusivamente al patrimonio de la misma, o bien al de todos o algunos de sus
socios. «Toda empresa ha de tener una personalidad jurídica, bien como
empresario individual o como sociedad mercantil».
La clave que caracteriza a la empresa radica en que ésta es un centro de decisión a nivel global y, por tanto, posee capacidad de
gestión y de formulación de objetivos, marcando las pautas a seguir por la
organización.
1.3.
Los elementos de la empresa
Sí la empresa ha sido inicialmente definida como un
conjunto de elementos interrelacionados que persiguen un plan común o unos
mismos objetivos, es preciso detenerse unos instantes en la composición de la
misma para poder percibir mejor la realidad socioeconómica de la organización.
Como se ha demostrado en el epígrafe precedente, la
empresa integra en una determinada estructura dirigida por una autoridad, los
factores productivos disponibles según unos contratos, pagando unas rentas o
precios por su utilización.
Según cuál sea el papel que desempeñan los factores
económicos o productivos en el proceso de transformación de valor que la
empresa desarrolla para cumplir su función y lograr los objetivos propuestos,
se pueden clasificar en dos grandes grupos los factores pasivos, o bienes económicos, y los factores
activos o las personas.
Los factores pasivos representan los
recursos económicos clásicos (tierra y capital), sujetos a la característica de
la escasez o de su disposición limitada.
En la actualidad estos factores, dadas las condiciones de los procesos
productivos, se pueden clasificar en estas categorías:
· Capital
financiero o recursos financieros líquidos
· Capital
técnico:
· Tangible:
· Inversiones
técnicas o bienes de equipo e informáticos
· Materiales y
mercancías (productos elaborados, componentes o kits)
· Intangible:
· Tecnología y
software informático.
De la anterior clasificación se desprende que los bienes
económicos pueden ser clasificados tanto por su naturaleza tangible o
intangible, como por su temporalidad: duraderos o inversiones, y no duraderos o
corrientes; los primeros vinculados al ciclo de capital de la empresa y los
segundos a su ciclo de explotación, el cual deberá apoyarse en la estructura
económica que las citadas inversiones representan.
Volviendo sobre la tangibilidad de los bienes, hay que
mencionar que en los momentos actuales,
los intangibles, caso de los desarrollos tecnológicos o el derecho a
usar la tecnología y el correspondiente software informático, soporte de la
mayoría de los procesos de transformación física y de los procesos
administrativos, están representando un valor muy relevante sobre el total de
la inversión en capital de la empresa.
En suma, ello sólo viene a afirmar la importancia de la tecnología en la
competencia actual de la empresa.
En cuanto a los
factores activos, en principio menos limitados ya que pueden ser
desarrollados con una adecuada dirección de recursos humanos o de personas
representan el concepto clásico de la fuerza
de trabajo o el moderno de capita
humano o de grupo humano.
Dentro del capital
humano se pueden diferenciar grupos de personas en relación a sus
intereses, papel y relaciones con la empresa.
Tal es el caso, como queda reflejado en la figura 1.1, de los propietarios del capital de la empresa, (ya sea
con ánimo de control o simples inversores financieros), los empleados o
trabajadores y los directivos o administradores.
Es evidente que hay que añadir un tercer tipo de factor
para completar la concepción moderna de la empresa, como es el empresario, o
también conocido en economía por la organización. Concepto que se puede vincular al grupo
de los propietarios o de los directivos, según cual sea el grado de separación
entre la propiedad y la administración, tal y como se abordará en temas
posteriores. En definitiva, la organización
surge como un conjunto de relaciones de autoridad, de jerarquía, de
coordinación y de comunicación entre los factores activos y en conexión con los
factores pasivos. Estructura que define
el empresario y que le permite integrar a todos los factores y dirigir la
producción.
En muchas ocasiones, dada la estrechez o cercanía de las
relaciones con proveedores o suministradores y con clientes, y especialmente
por el poder de negociación que los mismos tengan, parecería lógico
considerarlos como otros grupos dentro de los factores activos. En
principio esta decisión no es aceptada, por entender que pertenecen al entorno
de la empresa, pero sí hay que tenerlos muy en cuenta en la forma de
administrar si se quiere responder a planteamientos de eficiencia frente al
mercado.
1.4.
Evolución histórica del concepto de empresa
De una forma resumida se aborda en este epígrafe cuál ha
sido la evolución de la empresa como órgano del sistema de economía capitalista
o de mercado. No se va a entrar en
muchos detalles, pues corresponden más a una disciplina como la historia
económica.
Como es sabido, el sistema económico capitalista pasa por
cuatro modelos de organización económica conocidos como: feudalismo,
capitalismo mercantil o mercantilismo, capitalismo industrial y capitalismo
financiero. En cada uno de ellos la empresa
ha tenido sus orígenes y su correspondiente evolución como órgano básico del
citado sistema, pasando de un modelo y configuración simple a la actual
situación de complejidad que expresa el modelo de «empresa como organización».
En la tabla se recogen las etapas del modelo de empresa, con sus
especificaciones principales respecto a su estructura básica y sobre su
definición sintética o explicativa de cada etapa, correspondiente, a su vez,
con la del modelo de organización económica en que la empresa actúa. (
Figura 1.2.)
Feudalismo.
Como se comprueba en la indicada tabla, la primera etapa de la empresa se
caracteriza por el énfasis en la dimensión
técnica y como unidad simple, es decir, muy orientada a una transformación
primaria y artesanal de los factores productivos y dotada de una organización
sencilla, réplica en cierta medida de la estructura familiar de su propietario:
el artesano o empresario individual e industrial de la época.
Mercantilismo o
capitalismo mercantil. También en la segunda etapa, la del modelo
comercial, la empresa sigue conceptuándose como unidad simple, en cuanto a su
estructura productiva, aunque como consecuencia del incremento del comercio
internacional y colonial y del desarrollo político-económico de las ciudades y
de los Estados surgen nuevas formas societarias de los negocios (de las
sociedades personalistas-colectivas y en comandita a las sociedades anónimas) y
nuevos planteamientos organizativos para lograr los objetivos comerciales. Es por todo ello por lo que se comienza a
definir a la empresa como unidad
comercial o técnico-económica, momentos en los que se forjan el «espíritu
capitalista» y el «espíritu burgués» en la sociedad, de los que dimanará el
«espíritu de empresa», base del desarrollo de la empresa capitalista,
caracterizada jurídicamente por la «sociedad por acciones» o «sociedad
anónima».
Capitalismo
industrial. El gran desarrollo
de la empresa se produce con el modelo de capitalismo industrial, el cual surge
históricamente con la Primera Revolución Industrial en la Inglaterra del
XVIII. La aparición de la primera
máquina de lanzadera para tejer y la sucesión de nuevas máquinas para llevar a
cabo tareas industriales, culminando con la máquina de vapor, transformó el
panorama económico del siglo XIX, dando origen al surgimiento de la industria
pesada, ferrocarril y siderurgia, que junto a otras industrias más ligeras y a
la minería, especialmente del carbón, han definido el comienzo del citado
capitalismo industrial. En él la
empresa ya se configura como una unidad compleja, tanto por los aspectos
productivos, como por los restantes aspectos jurídicos y sociales, aunque sean
los primeros los más relevantes, razón de que se la defina como unidad económica de producción.
En esta etapa la empresa vive los momentos de los
primeros estudios formales o con cierta metodología científica sobre la misma,
caso del llamado «enfoque neoclásico» (teoría de la firma) y del primer
«enfoque administrativo», también conocido por la «administración científica»,
protagonizado básicamente por el norteamericano F. W. Taylor y por el francés
H. Fayol; enfoques que aparecen básicamente durante el primer cuarto del siglo
XX.
Precisamente en esta primera época el capitalismo
industrial, gracias a la conocida Segunda Revolución Industrial basada en el
motor de combustión, el desarrollo de la electricidad y en el nacimiento de la
electrónica, inicia la andadura que ha caracterizado el modelo de desarrollo
económico del sistema capitalista de gran parte del siglo XX y que ha
configurado la estructura productiva de los países industriales. Por todo ello, la empresa industrial ha sido
la protagonista y ha definido una estructura más compleja y organizada que en
épocas anteriores, siendo ya característica su dimensión jurídica de sociedad
anónima e inclusive de grupo de sociedades (sociedad matriz o tenedora y
sociedades filiales o controladas) y su actuación sobre una base funcional
(actividades funcionales económicas y directivas, tal y como se estudiará más
adelante en otros capítulos).
Capitalismo
financiero. Finalmente, el capitalismo industrial, dado su crecimiento
patrimonial, requirió de un importante crecimiento financiero o de necesidades
de capital para atender al primero.
Esta circunstancia y el logro de importantes excedentes financieros por
las grandes empresas industriales, desarrollaron la economía financiera, sus
instituciones, mercados y operaciones.
La última fase del desarrollo capitalista o capitalismo financiero se
caracteriza por la relevancia máxima de los movimientos del capital financiero,
de los recursos financieros líquidos, de forma que su colocación produzca
elevados rendimientos.
En esta etapa se produce la separación o ruptura de la
propiedad y de la administración de la gran empresa industrial. Poco a poco se
va observando el triunfo del proceso monopolizador, así como de todo tipo de concentración del poder empresarial, entendiendo
por tal la reducción gradual del número de unidades productivas autónomas que operan en el mercado, con
el correlativo aumento del tamaño o dimensión de las empresas que permanecen en
el mismo. Tal concentración empresarial
se puede manifestar de múltiples formas:
-
A través del crecimiento interno o expansión de la propia empresa, ya sea
aumentando el poder de las factorías existentes o mediante la creación de
nuevas, en puntos estratégicos del mercado nacional o extranjero; este fenómeno
de internacionalización tiene su máxima expresión en las multinacionales.
-
A través de fusiones o absorciones. Por
fusión se entiende la agrupación de patrimonios de varias sociedades
jurídicamente independientes en una nueva; tal proceso supone la previa
disolución y liquidación de todas las involucradas. En el caso de la absorción (o fusión por absorción) varias
sociedades traspasan sus patrimonios al de otra ya existente; las que van a ser
absorbidas son disueltas previamente, y la absorbente ampliará, en caso
necesario, su capital social en la cuantía que proceda para efectuar la
adquisición de los patrimonios de las sociedades absorbidas; por tanto, a
diferencia del caso de la fusión, jurídicamente no se crea ninguna nueva
sociedad.
-
A través de participaciones financieras en el capital social de otras empresas,
lo que asegura un control sobre las mismas.
-
A través de relaciones no patrimoniales o inmateriales, derivadas de dependencias
técnicas, comerciales, financieras, etc., o de acuerdos intersocietarios.
Tal concentración tiene como consecuencia la aparición de
grupos económicos, esto es,
agrupaciones de sociedades jurídicamente independientes con relaciones
accionariales o de cualquier otro tipo entre ellas. Los grupos pueden clasificarse fundamentalmente en dos tipos:
-Grupo industrial: conjunto de
sociedades dedicadas a la realización de actividades complementarias y que se
rigen bajo una estrategia común y global.
Su objeto es aprovechar las economías de escala o ventajas económicas
derivadas de las grandes unidades productivas.
Generalmente nacen en torno a una actividad principal, realizada por la
sociedad líder, que es complementada por otras colindantes realizadas por otras
sociedades del grupo, lográndose así controlar una mayor porción del proceso
productivo total. A tal tipo de
relación se conoce como «expansión en sentido vertical» o «integración vertical». Las sociedades del grupo industrial pueden
pertenecer a distintos propietarios.
- Grupo financiero: conjunto de sociedades que
pertenecen fundamentalmente a un único propietario o grupo de poder. La sociedad matriz posee participaciones
accionariales en un cierto número de filiales, las cuales, a su vez, controlan
a otras, y así sucesivamente, formándose una coalición que se extiende, en la
mayoría de los casos, a una gama muy diversa de industrias o sectores. Las características fundamentales de este
tipo de grupos son, por una parte, la dependencia financiera de todo el
conjunto de filiales respecto a la matriz y, por otra, el control de ésta, vía
participaciones accionariales, sobre aquéllas.
A estos grupos financieros también se les denomina holdings.
El fenómeno de los grupos de sociedades ha hecho revisar
y reformular el concepto de empresa.
Actualmente éste gira en torno al de unidad
de dirección, esto es, al de centro
de decisión y de financiación, pudiéndose materializar, por tanto, en un
«grupo». En consecuencia, diversas
sociedades con personalidad jurídica propia, en la medida en que no posean
independencia en cuanto a su capacidad de decisión y, por tanto, de control, se
considerarán integradas en una unidad superior, formando una única empresa.
1.5. La función de la empresa como agente
económico
Dos de las causas principales que justifican la aparición
y el papel de la empresa en el citado sistema de economía de mercado son: a) la
existencia de costes de mercado, y b) el
riesgo o la incertidumbre en el sistema.
Especialmente respecto a la primera causa, hay que hacer
referencia a la aportación pionera del economista británico R. H. Coase, premio
Nobel de Economía de 1991, cuando indica que las imperfecciones del mercado y
la incertidumbre sobre las transacciones en el mismo llevan a la necesidad de
una nueva fórmula de regulación, distinta del mercado (la «mano invisible»)
superadora de los costes que se originan.
En definitiva, señala que «el funcionamiento del mercado lleva consigo
unos costes, y que formando una organización y permitiendo que una autoridad
(empresario) dirija los recursos ("mano visible") se ahorran ciertos
de estos costes de mercado. El empresario
tiene que llevar a cabo su función a un coste aún menor, teniendo en cuenta que
puede obtener los factores de producción a un precio inferior al de las
transacciones de mercado que él sustituye, porque si no lo consigue siempre es
posible recurrir al mercado abierto.
Existen dos mecanismos de coordinación de las
transacciones o intercambios que se realizan en el sistema económico, y que son
resultado de la “no autosuficiencia” de los agentes económicos y de la
especialización consiguiente.
Según el planteamiento de la economía neoclásica, las transacciones
se producen a través del sistema de precios. Así, el mercado –la mano
invisible- guía a los individuos hacia situaciones de equilibrio. Esto es así
en un mercado de competencia perfecta.
Las condiciones de la ‘competencia perfecta’ son:
·
Precios
paramétricos: ningún agente puede alterar o influir sobre los precios: numerosos
compradores y vendedores irrelevantes.
·
Precios
transparentes: la información (sobre los agentes, productos, precios, ...) es
fácilmente obtenible y barata (o sin coste alguno).
Además existen otras condiciones como:
·
Homogeneidad
del producto ofrecido por los distintos agentes.
·
Libertad de
entrada y salida en el sector industrial, sin demasiados costes.
·
Conducta
racional de los agentes: el objetivo de los productores es maximizar el
beneficio y de los consumidores, maximizar su utilidad.
El cumplimiento de estos requisitos, conduce a largo
plazo a la imposibilidad de obtener beneficios. En estas condiciones afirma la
economía neoclásica que el mercado conduce a situaciones de eficiencia.
Entonces, cabría preguntarse ¿por qué existen las
empresas? ¿Por qué se internalizan operaciones en ellas y no se realizan todas
a través del mercado?
Coase (1937) “La naturaleza de la empresa” que le valió
el Premio Nobel de Economía en 1991, responde de la siguiente manera:
-El mercado no es eficiente, porque normalmente (casi
siempre) no se cumplen las condiciones de competencia perfecta. Cuando esto es
así, el sistema de precios tiene unos costes asociasdos, relacionados con el
conocimiento de los oferentes/demandantes y de los precios; la formulación de
contratos entre los agentes económicos, etc.
En estas circunstancias, las empresas consiguen reducir
los costes del mercado, y se convierten en un mecanismo de asignación de recursos más eficiente que el
mercado.
Willianson (1975) continua el planteamiento de los costes
de mercado. Según este autor, además de
los costes de producción, existen otros costes asociados al mecanismo del
mercado, cuando éste no funciona en competencia perfecta, y que ellos denominan
Costes de transacción. La empresa
tiene justificación siempres que los costes de transacción se reduzcan (por el
hecho de internalizar una operación) respecto a los que genera el mercado.
Describen tres fuentes de costes de transacción.
1. Costes de información: búsqueda de los agentes de
los contratos, conocimiento de precios.
2. Costes de negociación: Formulación de las
condiciones de los acuerdos.
3. Costes de garantía: Vigilancia del
cumplimiento del contrato.
Con relación a
la segunda causa, además de lo ya indicado por Coase, hay que destacar la
aportación de F. H. Knight, quien considera que es la incertidumbre o la falta
de información completa de los agentes sociales lo que justifica el origen de
la empresa. Por ello, ésta, mejor
dicho, el empresario se arriesga contratando los factores productivos a unas
rentas o precios, para verse retribuido cuando finaliza el proceso productivo
con una renta residual o beneficio empresarial. Es, en definitiva, el riesgo lo que tipifica el papel de la
empresa y del empresario, organizando la actividad económica y ahorrando los
costes de información, existentes en las transacciones del mercado.
De estas
reflexiones se deducen tres cuestiones fundamentales:
a) Demostrar que el mercado no es una panacea
universal y que no es siempre la solución más eficiente, pudiendo existir otra
alternativa como es el caso de la empresa
como organización. Esta posible
ineficiencia proviene de problemas en la circulación de la Información y en la
incertidumbre existente.
b) El mecanismo del mercado, la «mano
invisible», puede generar, y de hecho ocurre, unos costes elevados, por lo que
se le sustituye por el mecanismo de la organización, la «mano visible». Alternativas que otorgan el poder de
decisión y de regulación de las transacciones a una «figura» con autoridad y
capacidad de administración (planificación y control).
c) Esta función empresarial se concentrará en
los partícipes de la organización con mayor tendencia a asumir riesgos o con
menor aversión al riesgo, lo cual es consecuencia de unas actitudes, de
habilidades y de unas capacidades profesionales, propias de la «figura del
empresario».
Estas consideraciones muestran y justifican plenamente la
naturaleza efectiva de la empresa moderna y del papel que desempeña el
empresario. Sus argumentos han servido
para construir las teorías actuales de la empresa como organización y de la
función directiva del empresario, las cuales serán expuestas en los tema 3.
Finalmente, de la figura
1.3 se pueden extraer las funciones especificas que según el enfoque
expuesto está teniendo la empresa como agente principal en la economía de
mercado.
a)
Organiza, coordina y dirige el proceso de producción, asignando
recursos, efectuando transacciones y estableciendo relaciones entre los agentes
económicos.
b)
Anticipa o descuenta el producto nacional, generando las rentas
monetarias.
c)
Asume y reduce los costes de mercado (costes de transacción) y los de
información (costes de identificación y relación entre las partes).
d)
Asume el riesgo inherente a la actividad económica, sobre la base de la
asimetría de las actitudes respecto a aquél de los agentes económicos.
e)
Desarrolla el sistema económico, creando riqueza (productos y
servicios) y empleo.
1.6.
La empresa como sistema: los subsistemas
La teoría actual de la empresa se fundamenta en la gran
aportación que la teoría de sistemas
ha permitido, tanto para describir su composición compleja, como para entender
su comportamiento y facilitar sus procesos de control y adaptación al entorno,
y destacando como rasgo sustantivo las interrelaciones entre sus partes.
El principal problema con el que tropieza el pensamiento analítico -consistente en dividir la
realidad en partes para posteriormente estudiar cada una de ellas
separadamente- es que el todo no es exactamente igual a la suma de las partes.
Es necesario tener en cuenta las interrelaciones existentes entre dichas
partes, ya que no siempre son despreciables.
Los elementos de la empresa no se comportan de un modo
aislado, sino que se mantienen interrelaciones complejas. Para analizar la
función de marketing no es suficiente estudiar únicamente el marketing de la
empresa, sino que se deben considerar las relaciones existentes con el resto de
áreas como producción, finanzas, selección y retribución de los vendedores,
etc. Para que el pensamiento analítico pueda ser aplicado con rigor es necesario que no existan interacciones
entre sus elementos o que sus efectos sean despreciables.
El pensamiento
sistémico estudia la realidad como un todo, teniendo en cuenta sus
elementos junto con sus interrelaciones. Al tratarse de una teoría general,
válida para cualquier tipo de sistemas, incorpora las experiencias acumuladas
en áreas muy diversas de la ciencia como pueden ser la física, la matemática,
la biología, la psicología para construir un conjunto de principios aplicables
a todos los sistemas.
Un sistema está
constituido por una serie de dos o más elementos de cualquier clase (conceptos,
ideas, objetos, personas) en interacción, cumpliéndose que cada parte influye
sobre el todo, pero no de forma aislada respecto a los demás componentes del
sistema. Además, cada posible subsistema tiene las mismas propiedades que
el sistema que lo contiene.
Un sistema físico
se representa sintéticamente de esta forma:
q è q è q
Entradas Proceso de
transformación Salidas
Las características inherentes a todo sistema se pueden
concretar en:
Globalidad, o
interacción entre todos los elementos del sistema, de modo que cualquier
estímulo que afecte a una de las partes repercutirá en todo el sistema.
Finalidad, todo
sistema está orientado a la realización de unos fines.
Homeóstasis,
que hace referencia al equilibrio dinámico o carácter adaptativo del sistema,
esto es, la autorregulación o autocontrol del sistema.
El gráfico 1.4 resume el planteamiento general de la teoría
de sistemas para explicar el concepto de
empresa. De acuerdo con este enfoque, la empresa puede ser considerada como
un sistema autorregulado y abierto,
en permanente interacción con el entorno, del
que recibe inputs (entradas) y le ofrece outputs (salidas) una vez que han sido
sometidos a un proceso de transformación. Además de físico-técnico (mecánico o intelectual), transformando materias
primas en productos terminados, el proceso de transformación es financiero, al transformar ahorro en
capital productivo y mental,
transformando información.
Podemos resumir, por tanto, que la empresa como sistema
se caracteriza, además por ser:
Un sistema artificial,
diseñado por el hombre.
Abierto, en
constante intercambio de recursos con su entorno.
Jerárquico, la
empresa está integrada en un sistema de orden superior y éste se puede
descomponer en subsistemas y éstos en otros... que se comportan como nuevos
sistemas manteniendo relaciones de dependencias y jerarquía.
Cibernético o
autorregulado, la empresa precisa un sistema de retroalimentación que le
proporcione la información necesaria para controlar las desviaciones de su
conducta respecto de los objetivos perseguidos
La información sobre los resultados obtenidos en el
pasado se denomina retroalimentación y permite a la organización examinar las
consecuencias derivadas de sus decisiones anteriores, aprender y corregir el
curso de acción del proceso de negocio. La retroalimentación es un aspecto
fundamental para generar aprendizaje y promover el cambio organizativo.
Las retroalimentación puede ser de signo positivo o
negativo. Es de signo positivo cuando tiende a aumentar la causa que produce la
desviación y negativo cuando tiende a contrarrestarla. En la mayoría de las
ocasiones los procesos de retroalimentación son de signo negativo con el fin de
contrarrestar la causa que produce la desviación y mantener al sistema dentro
de ciertas condiciones de equilibrio y estabilidad. (ej/ un termostato)
La retroalimentación es un mecanismo natural que en la
mayoría de los sistemas vivos aparece con un carácter automático. (ej/ los
poros de la piel, o las pupilas de los ojos)
Pero, ¿cuánto tiempo necesita la empresa para darse
cuenta de los resultados que se están obteniendo? El período de tiempo que
transcurre entre la decisión y los resultados se denomina demora.
En general,
estamos acostumbrados a que los resultados obtenidos a partir de una acción
sean inmediatos, de modo que es muy sencillo establecer la relación
causa-efecto. (Se sopla una vela y se apaga; se aprieta el botón y se enciende
la televisión)
Pero esto no es siempre tan sencillo. Una empresa realiza
una fuerte campaña de publicidad en televisión. ¿Cuándo aparecerán los nuevos
clientes? ¿Qué relación existirá entre el gasto en publicidad y las nuevas
ventas? ¿Durante cuánto tiempo permanecerá los efectos de la campaña
publicitaria?
La demora -el
tiempo que transcurre entre la causa y el efecto- oscurece y complica
enormemente la comprensión de lo que está ocurriendo en cuanto a posibles
relaciones causales existentes.
El paso siguiente para profundizar en la descripción de
la empresa como sistema consiste en identificar los subsistemas de la misma,
esto es, efectuar particiones de sus elementos en grupos homogéneos que
permitan entender su funcionamiento. En la práctica dista de haber unanimidad a
la hora de identificar cuáles son los subsistemas más relevantes, por lo que
existen numerosas clasificaciones en función de los objetivos del autor.
Una primera clasificación útil a efectos metodológicos
agrupa las grandes áreas funcionales en que se divide el estudio de la empresa:
el subsistema real, el financiero y el directivo (gráfico 1.5).
El subsistema real comprende las funciones de
aprovisionamiento, producción y comercialización de los productos o servicios
obtenidos. Estas funciones se corresponden básicamente con todas las
operaciones que suponen una transformación real de los factores productivos y
concluyen con la distribución del producto y el servicio posventa a los
clientes de la empresa.
El subsistema financiero, en estrecha interdependencia
con el subsistema real, se encarga de la captación, administración y control de
los recursos financieros; desde este punto de vista, la empresa puede ser
considerada como una sucesión de proyectos de inversión en el tiempo que
requieren ser financiados; el subsistema financiero aporta criterios para la
valoración de la rentabilidad de los proyectos y el coste de las diferentes
fuentes de financiación.
El subsistema directivo tiene como misión la toma de
decisiones tendente a asegurar el logro de los objetivos del sistema mediante
la configuración y control de una
organización capaz de adaptarse al sistema de orden superior en que está
inmersa. Se compone de los subsistemas de planificación, organización, dirección
y control.
ANEXO AL TEMA 1
Esta función engloba la
adquisición de los factores productivos necesarios para llevar a cabo el
proceso de transformación (compras).
Entre estas actividades y las estrictamente productivas,
se intercalan también las operaciones (conocidas en algunas ocasiones como logística interna), de gestión de los
inventarios, gestión de almacenes y mantenimiento y supervisión de los medios
de producción para la transformación de éstos de la manera más eficiente
posible.
Principales decisiones del área productiva
·
Selección y
diseño del producto y del proceso productivo
El diseño del producto y del
proceso se debe hacer conjuntamente teniendo en cuenta el tiempo y cantidad del
producto a elaborar. Una vez estudiado y decidido qué se va a fabricar y cómo
se va a hacer, se procede a diseñar los aspectos importantes de nuestra función
de producción dependientes del producto y del proceso seleccionado.
La función de producción puede alcanzar los mismos
resultados finales (productos) con diferentes condiciones iniciales (recursos)
y a través de distintos caminos (o procesos de transformación), por lo que no
está supeditada a una simple relación causa-efecto. De este modo, las necesidades
del mercado se pueden satisfacer utilizando diferentes funciones de producción.
·
Determinación
de la capacidad productiva
La
capacidad se define como la cantidad de producto o servicio que puede ser
obtenido en una determinada unidad productiva durante un cierto período de
tiempo. Las decisiones sobre cambios en la capacidad a largo plazo son de tipo
estructural y suelen implicar importantes inversiones, debiendo ser tomadas al
más alto nivel de la dirección empresarial. La importancia de tales decisiones
es crucial, porque una vez tomadas son difíciles de modificar sin incurrir en
elevados costes.
·
Fijación del
nivel de inventarios
Una vez establecida la
capacidad productiva, determinará el nivel general de los inventarios que
necesita, así como el sistema de control y de pedido para renovar los stocks
medios y de seguridad que se necesitan para el proceso productivo según lo que
demanden sus características.
·
Localización
Las decisiones relacionadas
con el lugar físico donde se realiza la actividad productiva no se toman tan a
menudo como otras decisiones operativas. Sin embargo, tienden a ser cruciales
en términos de rentabilidad y de supervivencia de la empresa. Un error en
localización no se supera fácilmente. Los aspectos a considerar para estas
decisiones son muy diversos: estabilidad
gubernamental, disponibilidad de materias primas, regulaciones gubernamentales,
número y proximidad de proveedores, sistema político y económico, sistemas de
transporte, estabilidad económica, mercado laboral, tecnología disponible,
cultura, clima, conocimientos técnicos, etc.
·
Distribución en
planta
Es el proceso de
determinación de la mejor ordenación de los factores disponibles, de modo que
constituyan un sistema productivo capaz de alcanzar los objetivos fijados de la
forma más adecuada. La distribución en planta se orienta hacia algunos
objetivos como la supresión de áreas ocupadas innecesariamente, la reducción de
la congestión y en el material en proceso, disminución del riesgo para el material
y su calidad, disminución de retrasos y del tiempo de fabricación, etc.
Tradicionalmente, los
objetivos a alcanzar por el subsistema de operaciones se han centrado en seis
aspectos fundamentales:
Reducción de costes, a través de la
mejora del aprovechamiento de los recursos existentes o la realización de
inversiones que mejoren la tecnología empleada.
La productividad, como medida de la
eficiencia de la operación de la empresa que relaciona la producción con el
consumo de recursos en que ésta ha incurrido para poder llevar a cabo su
actividad.
La calidad, entendida como “el grado
adecuado del producto para el uso al que se le destina”, desde la perspectiva
de los consumidores. La no calidad origina costes, tanto tangibles como
intangibles, así que es preciso crear un sistema que nos permita crear,
desarrollar u controlar la calidad como
“concordancia entre las características que el producto realmente posee y las
que el cliente nos ha solicitado”.
Rapidez en las entregas y cumplimiento,
derivados sobre todo de la necesidad de competencia basada en el tiempo. La
rapidez de entrega se refiere a la duración del tiempo de suministro, es decir,
tiempo transcurrido entre que se realiza el pedido hasta que el cliente lo recibe
en condiciones de ser utilizado, mientras que el cumplimiento se refiere a las
entregas en la fecha comprometida con el cliente.
Flexibilidad del subsistema de operaciones,
entendida como la habilidad de una entidad para desplegar y replegar sus recursos
de forma eficaz y eficiente en respuesta a las condiciones cambiantes del
entorno.
El servicio. Como consecuencia del
uso de estrategias competitivas orientadas al cliente, la empresa ya no puede
limitarse a entregar un producto de calidad, en el momento prometido y a un
precio ajustado. Además debe de prestársele un servicio adecuado, como elemento
determinante de una completa percepción de calidad, incrementándose así el
valor añadido del producto, y como forma de alcanzar una ventaja competitiva
sostenible.
·
Objetivo: Determinar las
necesidades, deseos e intereses de los mercados objetivo y proporcionar las
satisfacciones deseadas de forma más efectiva y eficiente que la competencia
para mantener y mejorar el bienestar individual y colectivo
“La función que
mantiene un nexo entre la organización y su entorno, detecta las necesidades de
los consumidores, desarrolla productos que cubren esas necesidades, diseña la
forma de distribuirlos y elabora un programa de comunicación para expresar los
propósitos de la organización”
·
Dimensiones de
la función de marketing:
Identificación del mercado
de referencia (aquéllos a quienes van dirigidos), analizar su atractivo y
evolución así como los segmentos
actuales y potenciales que lo integran.
Las actividades que lo
integran son:
1. Investigación
de mercados: Proporcionar información que ayude a comprender el mercado,
identificar necesidades insatisfechas o nuevas necesidades de manera
sistemática y objetiva mediante el diseño de métodos para la obtención,
recopilación, análisis e interpretación de la información relevante.
Fuentes de información:
·
Secundarias: Ya disponibles (datos estadísticos, ...)
·
Primarias:
·
Métodos cualitativos: Intuitivos, subjetivos y no representativos de la población: entrevistas de
grupo, entrevistas en profundidad, pseudocompra,...
·
Métodos cuantitativos: más fiables, objetivos, más representativos de
la población:
·
Sondeos por encuestas (información puntual): selección de la población,
tamaño de la muestra; diseño del cuestionario; trabajo de campo; tratamiento
estadístico de los datos.
·
Paneles (información de un período): de
consumidores, detallistas, audímetros, ...
2. Segmentación de
mercados: Dividir un mercado, que normalmente es amplio y heterogéneo, en
grupos o segmentos homogéneos, de modo que cada submercado reaccione de manera
parecida a las acciones comerciales de la empresa.
Criterios de segmentación: Demográficos (edad, sexo,
raza, estado civil, peso, ...), geográficos, sociológicos (clases sociales,
profesión, nivel educativo,..), psicográficos, (personalidad, estilos,
valores,...), basada en la posesión de otros productos, etc.
Definición del mercado
objetivo: Valoración de cada uno de los segmentos y selección del mercado al
que nos vamos a dirigir. Dos posibilidades:
1. Estrategia
indiferenciada: la misma oferta comercial para todos los posibles segmentos.
2. Estrategia
diferenciada: un programa comercial diferenciado para cada segmento. Puede ser:
Amplia: Se
dirige a todos los segmentos con un marketing-mix
para cada uno.
Concentrada: Se
dirige a uno solo o a unos pocos segmentos seleccionados.
3.
Posicionamiento en los mercados meta: Imagen o concepción que se forma en
la mente del consumidor y que lo distingue de la competencia. Forma general en
que un consumidor percibe una marca.
Tipos de
posicionamiento:
·
Según
las características concretas del producto.
·
En
función de las ventajas o beneficios del producto para el consumidor
·
Según
las características del usuario
·
Frente
a otro competidor
Su función es diseñar y
ejecutar el plan de Marketing-mix
adecuado para la estrategia establecida. Para realizar decisiones de marketing,
la dirección dispone de una serie de variables básicas que ha de combinar
adecuadamente para desarrollar la estrategia comercial. Estas variable son:
precio, producto, distribución y comunicación. La combinación de las decisiones
sobre estas cuatro variables constituye lo que se denomina el marketing-mix, que representa el plan de
acción concreto de una empresa.
Tradicionalmente la
estrategia de marketing se basaba en el precio, aunque con posterioridad se
hayan incorporado otras variables configuradoras del esfuerzo comercial.
Métodos de fijación de precios: - Basados en el
coste
-
Basados en la competencia
- Basados en la
demanda
Estrategias de fijación de precios:
-
Para líneas de productos
-
Para nuevos productos
-
Precios psicológicos
Definido como:
a) Medio que
satisface las necesidades del consumidor
b) Suma de
características o atributos físicos y formales, que a su vez serán tangibles
(envase, tamaño, ...) o intangibles (diseño, calidad, servicio post-venta,
política de pagos, ...)
·
Línea de
productos: Grupos de productos más o menos homogéneos desde un punto de vista
formal o técnico.
·
Cartera de
productos: Totalidad de productos que comercializa la empresa.
·
Amplitud de la
cartera: Número de líneas de productos que hay en la cartera
·
Profundidad de
la línea: Número de productos que componen una línea
·
Ciclo de vida: Condiciona la
elaboración de la estrategia de marketing más adecuada. Cuatro etapas:
·
Introducción; volumen de
ventas bajo, crecimiento lento y beneficios inexistentes.
·
Crecimiento; Ventas y beneficios
en rápido crecimiento
·
Madurez; Volumen
elevado de ventas y beneficios, con estabilidad, aunque empieza a aparece la
competencia
·
Declive; reducción
significativa de las ventas y los beneficios. Sustitución del producto.
Objetivo: Poner el
producto a disposición del consumidor final o del comprador industrial, en la
cantidad demandada, en el momento que lo necesite y en el lugar donde desee
adquirirlo.
Canal de
distribución: Medio de relación entre el productor y el consumidor o cliente.
Camino o sistema por el que circula el flujo de productos.
Funciones del canal
de distribución:
*Reducción del
número de contactos para llegar al punto de venta.
*Agrupación de
la oferta de varios fabricantes
*Adecuación de
la oferta a la demanda
*Creación de
surtido
*Movimiento
físico del producto: transporte, almacenamiento y control de inventarios.
*Prestación de
servicios: mostrar el producto, explicar su funcionamiento, reservar, ...
Tipos de
distribución:
·
Según el número de agentes participantes:
-Canal
directo: Productor ® Consumidor
-Canal corto: Productor ® Detallista
® Consumidor
- Canal largo: Productor ® Mayorista
® Detallista
® Consumidor
·
Según las características técnicas y físicas del canal:
-
Distribución y venta en tienda: comercio tradicional, especializado,
supermercado, hipermecado, gran almacén, etc.
-
Distribución y venta sin tienda (marketing directo): Venta por
correspondencia, por catálogo, por teléfono (telemarketing), por televisión
(televenta), por ordenador (videotex),
venta automática (máquinas expendedoras), a domicilio, ...
Da a conocer la oferta del producto, pone de manifiesto
sus cualidades y estimula la demanda mediante las acciones promocionales
adecuadas. Para ello, la comunicación es el resultado de una serie de
actividades:
1.- Publicidad:
Comunicación no personal (de masas) pagada y concebida para apoyar las
actividades de la empresa. Se apoya en la elaboración de lo que se
denomina briefing, es decir, el documento donde se refleja la información
que el cliente proporciona a la agencia antes de iniciar una campaña. Responde a cuestiones como ¿qué se pretende
comunicar?, ¿qué imagen se desea difundir?, ¿con cuánto dinero? ¿en cuánto
tiempo?
2.- Promoción de
ventas: Acción comercial según la cual el consumidor, el detallista o
vendedor reciben un conjunto de incentivos durante un tiempo limitado para
intentar influir positivamente en las ventas.
3.- Relaciones
públicas: Conjunto de actividades heterogéneas, de ámbito interno o
externo, cuyo objetivo es conseguir una opinión favorable de los públicos
destinatarios.
Internas: potenciar las relaciones entre
empleados y directivos: buzones de sugerencias, cursos de formación, becas,...
Externas: relaciones con los medios de
comunicación, que la empresa no paga:
entrevistas, reportajes, noticias, ...
Esponsorización o patrocinio: financiación y
apoyo de actos e iniciativas sociales y culturales
4.- Marketing
directo: Se ofrecen productos o servicios a segmentos de mercado, para
obtener de un cliente una respuesta directa, mediante cupones, tarjetas de
pedidos, vales, llamadas de teléfono, ...
5.- Fuerza de ventas: El personal de ventas
de una organización, cuya gestión es muy importante ya que son ellos los que
desarrollan la ejecución de la estrategia comercial de la empresa, y son los
mediadores de la empresa ante los clientes y poseen mucha información sobre el
entorno y los mercados que pueden transmitir a la dirección.
La empresa desde el punto de vista financiero puede
definirse como una sucesión en el tiempo de proyectos de inversión y
financiación. Esto implica que la función financiera tendrá un doble aspecto;
por una parte, debe tratar de gestionar la estructura económica, mientras que
por otras, no puede olvidarse de la financiera.
Así, la empresa para llevar a cabo su actividad necesita
realizar ciertas inversiones en bienes de equipo, naves industriales, activos
circulantes, etc. que no pueden adquirirse si no se dispone de los recursos
financieros suficientes. Como consecuencia de dicha actividad la empresa
obtendrá un beneficio y por tanto, podrá continuar con su actividad y crecer,
pero para ello es necesario que la rentabilidad de la inversión sea superior al
coste de los recursos financieros utilizados. La inversión y financiación no se
pueden estudiar por separado.
Las decisiones financieras
principales de la empresa son:
·
¿Cuál debe ser la dimensión de la empresa y su ritmo de crecimiento?
·
¿Qué activos concretos debe adquirir una empresa?, es decir, ¿qué
proyectos de inversión deben emprenderse?
·
¿Qué debe ser la composición de su pasivo? ¿Cómo financiar las
necesidades de capital?
La empresa debe
ser concebida como una red de flujos de información, es decir, una estructura
por la que circula información. Estos flujos de información internos son
necesarios para que los miembros de la empresa puedan tomar sus decisiones y
puedan comunicarse entre sí para desarrollar sus tareas, aceptar sus
responsabilidades y permitir el logro de los objetivos fijados. En
consecuencia, la empresa necesita un sistema que estructure dichos flujos y que
elabore los datos o mensajes que han de circular por los mismos. Este sistema
ha sido definido como “Sistema de Información para la Dirección” (MIS = Management Information System),
que tiene una doble función de apoyo a la decisión y de comunicación entre los
miembros de la organización.
En concreto, el Sistema de Información consta de los
elementos siguientes:
La información:
conjunto de datos estructurados de acuerdo a los mensajes a comunicar.
Los usuarios o
receptores de la información, es decir, los miembros de la organización y los
agentes económico-siociales relacionados con ella.
Los elementos de
soporte: Procesos de tratamiento de la información (medios informáticos y
otros); sistemas de análisis de datos (sofware); procedimientos de comunicación
o difusores de información (sistemas técnicos de comunicación) y soportes de
información (documentos, discos, pantallas, etc. )
Esta área de la empresa desempeña las actividades
dirigidas al desarrollo de nuevos productos y al diseño de nuevos
procedimientos industriales para fortalecer su posición competitiva, que cada
vez más se sustenta sobre la innovación tecnológica.
La función de recursos humanos persigue dotar a la
empresa de las personas que necesita,
en el momento en que las precisa y con la capacidades necesarias para su
funcionamiento eficiente. Como todo proceso, la dirección de recursos humanos
consta de una serie de etapas, que a su vez constituyen subfunciones; algunas
de las más significativas son:
·
Planificación de recursos humanos, o previsión de las necesidades que
vamos a tener de personal, tanto cuantitativa como cualitativamente, y del
momento del tiempo en que se van a presentar.
·
Reclutamiento y selección del mejor candidato.
·
Introducción en el nuevo puesto de trabajo.
·
Formación continua de sus capacidades
·
Evaluación de su desempeño
·
Remuneración y desarrollo de carreras profesionales