Adarve..., n.º 1 (2006) Pág. 75
Milena RODRÍGUEZ
UNA HABITACIÓN PROPIA
Le llamamos amor,
ya se sabe, costumbre,
ganas de que la vida suene como un tango.
Ansias
de mudarnos a un sitio confortable
donde cambien pañuelos por la luna,
donde se sirvan, frescos, los milagros.
Y sentimos un ruido allí en el pecho
y abrimos
y no hay nadie
sólo la soledad dando portazos.
EL PRÍNCIPE
Desámame con suavidad, sin que lo note.
Desama mi voz
que hablará al eco de la tuya.
Desama mis manos
que inventaron tu piel en una noche.
Desama mi corazón,
que pediste por unas horas
y todavía no has devuelto.
Desámame con arte,
tan bajito,
que ni siquiera tú
escuches que me estás desamando.