Adarve..., n.º 1 (2006)                                                                                                                              Pág. 88

Manuel FUENTES VÁZQUEZ

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(“Nadie, nada”).

      La belle dame sans merci Y te gusta entregarte a la brutal costumbre / de alcanzar dignidad para tus cicatrices […] (“Sin título”)– fundamenta la construcción del discurso poético de este futuro canzoniere en el que se encuentran todas las vertientes retomadas de la tradición y nuevamente reorganizadas: el amor como pasión, como ídolo y finalmente como simulacro y olvido. La densidad conceptual (no hablo de las excelencias métricas porque en ocasiones la poesía española es –en palabras de Jorge A. Capello– “más proclive al espectáculo musical de los versos que a lo que éstos expresan”) se manifiesta a través de unos textos claros y sin oscuridad gratuita, línea ésta que es de agradecer en unos tiempos o bien de excesivo retoricismo pomposo posmoderno o de realismo poco higiénico.

      Volver al texto desde la tradición amorosa para caminar hacia ella y desde ella es la existencia de la poesía. Quizás Mayakovski, al escribir en la “Balada de la cárcel de Reading”: […]Él” y “ella” son mi balada. / No es ninguna tremenda originalidad. / Lo tremendo es / que “el” soy yo / y que “ella” / es mía. […] no supo que la única originalidad es que “ella” nunca será “mía”, salvo en el último resplandor del poema, que no es la vida, porque fuera de él somos nadie, nada.